miércoles, 8 de enero de 2014

LA CIUDAD DE MERIDA YUCATAN, ES UNA CIUDAD CON SANGRE INDIGENA QUE OBLIGA AL CIUDADANO MAYA A MIMETIZARSE...


    Mérida, la ciudad con sangre indígena que obliga... 

Los cambios en la dinámica de vida de los indígenas mayas que viven o trabajan en la ciudad, prácticas de menosprecio hacia ellos que subsisten en algunos sectores, así como la discriminación histórica a que se han visto sometidos, fueron temas que tocó el especialista José Israel Herrera, durante su conferencia magistral “El indígena maya en la ciudad de Mérida… presencia o ausencia”.

Como parte del II Simposio sobre Patrimonio Cultural “Vida, espacios y tradiciones de Mérida”, el maestro José Israel Herrera, con especialidad en antropología social por la Uady y con un doctorado en derecho por la Universidad de Amsterdam, señaló  que desde la llegada de los conquistadores el indígena fue desapareciendo de la ciudad, ya que ésta se organizó en exclusiva para los conquistadores.
Basado en los grabados que se encuentran en la fachada de la Casa de Montejo, opinó que los conquistadores españoles al llegar a estas tierras identificaron a los indígenas con el salvaje europeo, personaje de la mitología del viejo continente que simboliza todo lo contrario a la civilización y a la vida apegada a la religión.
Este personaje, el salvaje europeo, aparece en relatos, grabados, pinturas y está representando en la fachada de la Casa de Montejo, lo que hace suponer que los conquistadores catalogan así a los naturales de estas tierras.
Aunque para los europeos el salvaje tenía que ser eliminado porque carecía de alma, dijo, los españoles necesitaban mano de obra barata para comenzar la construcción de Mérida, de ahí que conservaran a los indígenas.

Además, abundó, al “permitirles” la entrada a la ciudad podían cobrarles tributo y evangelizarlos.
Explicó que de esta forma surgieron los barrios en la periferia de la ciudad, como Mejorada, San Juan, Santiago y haciendas como Itzimná, Chenkú e Itzincab.
El doctor Herrera indicó que los barrios estaban habitados por indígenas y la ciudad por los blancos, por lo que posiblemente el nombre de Mérida Ciudad Blanca haga referencia a esta situación, aunque hay una teoría que menciona que se le nombra así por las casas encaladas.
Afirmó que a Mérida se asumió como una Ciudad Blanca y hasta hoy persiste la discriminación al indígena.
Dio a conocer cifras del Inegi que señalan que en Yucatán habitan 160,862 indígenas mayas. Se les clasifica en indígena urbano, indígena urbano migrante regional e indígena urbano migrante nacional o internacional.
En el primer caso, las personas han nacido y viven en la ciudad, conservan algunas tradiciones pero generalmente no la lengua maya como debería de ser. Hay artesanos y en general trabajadores manuales; el indígena urbano migrante regional vive en comunidades rurales, pero llega a la ciudad a trabajar, y los indígenas urbanos migrantes de otros estados o países enfrentan problemas aún más graves porque carecen, en la mayoría de los casos, de documentos de identidad y, por tanto, de seguridad social o económicas.
Manifestó que otra situación que enfrentan los indígenas en la actualidad es que no tienen acceso a trabajos bien remunerados. En el caso de las mujeres que vienen de otros municipios del estado, generalmente se emplean como servidoras domésticas que el censo de 1968 registró 8,000 sirvientas, en tanto que en 2012 llegaba a 65,000.
El ponente alertó que la lengua maya se limita cada vez más a algunos ámbitos, como el familiar y no tiene valor para la vida académica y muchas personas ni siquiera admiten que lo hablan, por verguenza.

—La población indígena maya ha constituido islotes urbanos diseminados por toda la Península que concentran a más de un 30% de personas que hablan el idioma  maya. Estos islotes se consideran verdaderos bastiones del mundo maya.
También informó que en términos numéricos, Yucatán es una de las urbes con mayor presencia indígena, pero quizá es en la que hay menor visibilidad de lo que es un indígena.
Las personas de origen maya, expresó, tienen la tendencia de mimetizarse con la sociedad en la que viven, disimulando sus hábitos y costumbres.
—Por lo anterior, se hace necesario reconceptualizar al indígena maya, no como milpero o agricultor, campesino que viene vestido de manta, sino verlo ya como usuario de facebook, twitter, que toma Coca-Cola, que compra en las plazas, ejerce profesiones, que en muchos casos habla inglés y que se sabe parte de una ciudad bella, como Mérida la cual sólo lo acepta si se niega a sí mismo.
—Tenemos que buscarlo como una persona que se sabe mimetizar.
—Mérida, La ciudad blanca tiene sangre indígena; nuestro pasado maya es un presente vivo, dinámico, mutable, que ha tenido su mayor éxito en saberse mimetizar donde menos se nos hubiera ocurrido buscar: adentro de las murallas de la ciudad blanca...Informó en la cultura Benjamín Ruíz Avila

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